26 feb 2014

Buscando a Alaska - John Green



Buscando a Alaska
Autor: John Green
Editorial: Castillo
Género: Young adult
Sinopsis:
Cansado de su aburrida existencia, Miles, de 16 años, se muda a un colegio internado para ir en busca de lo que el poeta Rabelais llamó el “Gran quizá”. Ahí, su recién descubierta libertad y una enigmática chica, Alaska, lo lanzan de lleno a la vida. Pero cuando Miles siente que está por alcanzar su objetivo, una tragedia inesperada amenaza con arrebatárselo.

—Realmente has leído todos los libros que tienes en tu habitación? —se río.
—Oh Dios no. Tal vez haya leído un tercio de ellos. Pero los leeré todos. Lo llamo “La librería de mi vida”. Todos los veranos desde que era pequeña, he ido a ventas de garage y comprado todos los libros que se veían interesantes. Así siempre tengo algo que leer. Pero hay mucho que hacer: cigarros que fumar, sexo que tener, columpios para columpiarse. Tendré más tiempo para leer cuando sea vieja y aburrida.
—Alaska Young, Buscando a Alaska.
«Las cosas nunca pasaban como yo me las imaginaba.»
 —Buscando a Alaska, John Green
«Te pasas toda la vida atorado en el laberinto, pensando en cómo vas a escapar de ahí un día y que fabuloso será; imaginar ese futuro te mantiene con vida, pero nunca te escapas. Sólo utilizas el futuro para escapar del presente.»
— John Green, Buscando a Alaska
¿Cómo saldremos de este laberinto de sufrimiento?
Después de todo este este tiempo me sigue pareciendo que “derecho y rápido” es la única manera de salir pero yo elijo el laberinto. El laberinto apesta, pero lo prefiero.
—Buscando a Alaska
Cuando los adultos dicen: “Los adolescentes piensan que son invencibles”, con esa sonrisa mañosa y estúpida en sus rostros, no saben cuan en lo correcto están. Necesitamos no perder nunca la esperanza, porque nunca nos podemos romper de manera irreparable. Pensamos que somos invencibles porque lo somos. Ellos olvidan eso al envejecer.
— Buscando a Alaska. - John Green.
«Yo quería acostarme junto a ella en el sofá, abrazarla y dormir. No coger, como en esas películas. Ni siquiera tener sexo. Sólo dormir juntos, en el sentido más inocente de la frase. Pero me faltaba valor, ella tenía novio, yo era torpe, ella era preciosa, yo era un aburrido sin remedio y ella era fascinante hasta el infinito. Así que regresé a mi habitación y caí sobre la litera inferior, pensando que si las personas fueran lluvia, yo sería llovizna y ella, un huracán.»
—Buscando a Alaska


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