17 ene 2014

Besar a un ángel

—Tienes un cuerpo estupendo, Alex. En serio.
—Gracias.
—De nada.
—Tú también —dijo él.
—¿También qué?
—Tienes un cuerpo estupendo. Me gusta.
—¿De veras? Pero si no es gran cosa. Tengo los hombros demasiado estrechos en comparación con las caderas y los muslos demasiado gruesos. Y mi estómago…
—La próxima vez que oiga a una mujer decir que los hombres somos unos neuróticos, recordaré esto. Tú me dices que te gusta mi cuerpo, ¿y qué hago yo? Te doy las gracias. Luego te digo que me gusta el tuyo, ¿y qué escucho? Una larga lista de quejas.
—Es culpa de las Barbies.
Besar a un ángel

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