«A ese sentimiento desconocido cuyo tedio, cuya dulzura me obsesionan, dudo en darle el nombre, el hermoso y grave nombre de tristeza. Es un sentimiento tan total, tan egoísta, que casi siempre me produce vergüenza, cuando la tristeza siempre me ha parecido honrosa. No la conocía, tan solo el tedio, el pesar, más raramente el remordimiento. Hoy algo me envuelve como una seda, inquietante y dulce, separándome de los demás. »
2 dic 2013
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